ste Niño celestial
tiene unos ojos tan bellos,
que se va el alma tras ellos
como a un centro natural.

No se dejaba mirar
envuelto en nubes y velos;
ahora en pajas y hielos
se deja ver y tocar.

Y como mira a los que son
la causa por que suspira,
con unos ojuelos mira
que penetra el corazón.

     Félix Lope de Vega

  

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