E
n todo nacimiento repican campanas de Navidad.
Y muchos padres
descubren, en las palpitaciones
del corazón de su hijo, enamorados latidos
del Corazón de Dios... 
 
  
  
  
¡Cuán cerca todavía
de las manos de Dios!
¿Sentís su aliento
rugir entre los cedros
del Levante?
¿Hay en vuestras pupilas
rabos de oro,
vedijitas, aún incandescentes,
de la gran lumbrarada
creadora?


DÁMASO ALONSO

 



Oigo latir la luz
del otro lado


OCTAVIO PAZ

Uno es un poeta
que ve de pronto
una rendija abierta
a una luz indudable.

JOSÉ ANTONIO
MUÑOZ ROJAS

 



 
    
  
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