La Llave de los Sentidos
en la práctica
 

 

¿Podrías contar tu vida a alguien situado a 2 metros? Hay una distancia apropiada. La buena distancia es recíproca (que tú tampoco te sientas incómodo en esa distancia elegida.

5.
Saber escuchar que no es sólo entender las palabras, sino observar cómo lo dice, descubrir el significado más hondo, más verdadero de su expresión…, abrirle los brazos y el corazón… (¿No nos ha ocurrido a veces que se nos quitan las ganas de abrirnos, cuando sentimos que no nos escuchan?).

 
6.
Convendría movilizar todos sus sentidos con una sola llave: la vista, el oído, el olfato, el tacto…, ayudando a descubrir emociones…

 

 

7.
Preguntas útiles: ¿En quién te hace pensar esta imagen, esta fruta, esta flor…? ¿Quieres hablarme de tu jardín? ¿Cómo era? ¿En quién piensas cuando miras, sientes esta flor…?

8.
Determinar el momento oportuno: ambiente tranquilo, sin interrupción. Dos momentos privilegiados: la comida y el baño.

La comida… Se le puede ayudar a reparar en el color, el nombre, el olor, el sabor de los alimentos…, a acariciar la piel de un fruto…, identificar sensaciones de calor/frío, de rugosidad o suavidad… Que exprese sus gustos o disgustos, sus deseos, sueños, recuerdos, conversando sobre ellos…

El baño… Momento propicio a la intimidad, a las confidencias que adornan a veces la incomodidad del desnudo. Olor a jabón, a colonia que convendría variar, suavidad o dureza de la toalla, delicia de un baño perfumado rosa o azul, manos que acarician, que frotan, que amasan…, recuerdos de la infancia…  

Nicolás de la Carrera
Psicólogo Clínico
Colegiado M-00984

  


1.

Hay que tener en cuenta las deficiencias sensoriales de la persona (no llevarle una revista gráfica a un ciego o un CD a un sordo…).

2.
Los objetos más sencillos, más cotidianos, más usuales, suelen ser los más eficaces.

3.
Tener en cuenta su estado psicológico. Y que no le suponga riesgo físico.

4.
Establecer contacto a buena distancia. En algunas consultas de médico el paciente está clavado en una silla frente al doctor al otro lado de una gran mesa. Se impone una distancia de no menos de dos metros entre los dos interlocutores. Es difícil confiarse, hablar de su intimidad. Pero si el facultativo se acerca al paciente para examinarle, el clima mejora, se libera la confidencia. ¿Harías confidencias a una persona que se te acercara a 10 centímetros?

  
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