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Y
qué a menudo, en horas de descanso,
se alza sobre sus plantas, se crece hacia su rostro,
lo besa con amor, y Él desde la altura
le devuelve su beso de tamaño infinito.
Dirán.
Mas no verán el invisible lazo
prieto como el arranque de la vida,
que le ata, amor, en todos
los saltos de su ser.
Dirán.
Pero él se sabe amor, amor amado,
y así se vive como nadie nunca
libre y vivo de amor.
Dirán.
Dirán. Pero él bien sabe
quién lo hizo por amor tan alto y libre
y un hombre verdadero.
Jesús
Mauleón
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