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asi anciano, cuida
a la muy anciana.
Juntos los dos, juntos sus años, casi
tocan la eternidad.
Tienen
la punta de los pies aún en la tierra,
pero se pierden sus cabellos más allá
de
esta vida.
A diario, como sombra,
va la muerte con ellos.
Pero la fe o el sol o la mañana
de
esperanza
les pone un día cierto en sus cabezas,
y hora a hora se mantienen de pie,
ni
las raíces pierden
en la niebla que pisan.
Jesús
Mauleón
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