Que se rompa
la nuez y se rompa la esfera, que se rompió el anuncio, la realidad
empieza.
Empieza
un nuevo día y un nuevo testamento, que se rompa la nube y llueva
su misterio. Que
se rompa el buñuelo en los labios del Niño, que el pandero
se rompa y que se rompa el frío. Todo
en este minuto un cambio se realiza, todo menos el vientre virginal
de María. Que
los ángeles niños rompan ya la piñata, la que compró
Miguel en el puesto, tan cara. Que
se suban al techo a colgarla en la reata, que venden los ojillos con
oscura mascada y
que preste José, por un rato, su vara; que les den dos, tres
vueltas cerca de la piñata y
en un golpe de gritos brinque ya su descarga de confeti y almendra,
de limon y naranja. Que
se rompa la nuez, que se rompa la esfera, que se rompió el anuncio,
la Navidad empieza. |