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Verte jugar
es como ver la luz del cielo en un claro día de primavera, oír
cantar los pájaros, contemplar a los santos con sus coronas de oro
remontar las azules colinas de la Gloria. Verte
jugar, es como ver la lluvia temblar
en los cristales, aspirar el perfume de la tierra mojada, tocar las nubes
con los dedos, beber el agua de los arroyos, cabalgar en el arco iris,
sentir que nos aman y que el mundo es hermoso. Verte
jugar, Alfredo, hijo mío, mi hermano,
mi rey despótico y dulcísimo, es como echar los brazos al
cuello de Dios. Verte
jugar, hijo mío...
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