Son
penumbras de alcobas provinciales, con un lecho de antiguas desposadas,
que tiene siempre colchas muy bordadas y sábanas de grandes iniciales. Columnas
salomónicas pesadas y unas cortinas leves y pomposas, que han cernido
nupciales madrugadas sobre sueños de jóvenes esposas. Columnas
que otro tiempo retoñaban, como en flores de infancia florecidos,
sus troncos seculares y castaños; columnas
familiares que guardaban unas cabezas de recién nacidos junto a
unas madres de dieciocho años. |