Silencioso
tren

 
El 11 de marzo de 2004 unas mochilas asesinas hacen estallar en Madrid cuatro trenes de cercanías con un terrible saldo de doscientos muertos y más de mil heridos. Un niño de ocho años, testigo cercano, escribe en ingenuos y sabios versos: "Aquí viene el tren / vestido de rojo y blanco / rojo de sangre / y blanco de espanto..." Tren de los heridos, tren de los muertos... En la paz o en la guerra... Aquí y ahora, como siempre, inocentes que sufren, hogares destrozados, mutilados miembros... En "El tren de los heridos" denuncia Miguel Hernández el horror de la sangre derramada en los altares de la barbarie fratricida.

U
n tren de heridos atraviesa la noche. Tren fantasma, procesión espectral. Silencioso tren, doloroso, pálido, desmembrado, maternal, sagrado tren... Leopoldo de Luis y J. Urrutia reflexionaron con perspicacia sobre este poema. Observad que, aunque se trata de un poema blanco, el cuarto verso de cada estrofa rima siempre con Silencio:

S ilencio que naufraga en el silencio
de las bocas cerradas de la noche.
No cesa de callar ni atravesado.
Habla el lenguaje ahogado de los muertos.

S ILENCIO.


B
oca cerrada de vivo, ahogada boca de muerto. Se repite al fin de cada estrofa, rimado con el último verso (la única rima del poema), como obsesivo cartel de hospital: silencio. [Me viene a los ojos un poema de mi padre encarcelado en la Prision Celular de Valencia, donde habla de un maldito tren al otro lado de los muros, que despierta a los presos, con su salvaje grito, una hora antes del toque de diana. "Lo adivinan nuestros ojos / a través del muro espeso. / El aire libre que expande / azota rostros de presos..." Fantasea el poeta que, si él fuera maquinista, "al tren sobre raíl de seda / lo deslizaría lento, / el jadeo de la máquina, / sería un arrullo quedo... "]

A bre caminos de algodón profundo,
amordaza las ruedas, los relojes,
detén la voz del mar, de la paloma:
emociona la noche de los sueños.

S ILENCIO.

E l tren lluvioso de la sangre suelta,
el fragil tren de los que se desangran,
el silencioso, el doloroso, el pálido,
el tren callado de los sufrimientos.

S ILENCIO.

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