S i yo fabricara el mundo,
sería sin carne: hueso. Con azules calaveras y rotundos esqueletos.
Rayos
X redentores me llevarían adentro: a la raíz, a la esencia,
sin olas de sangre ardiendo. Ay,
cómo pesa tu carne, Sancho, tragón irredento. ¡Aire!
Yo no quiero abrigos grasos. ¡Vestidme con viento! Si
yo frabricara el mundo, sería sin carne: hueso. Arremetiendo molinos
con mi lanza y con mis sueños.
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