A ndan mis manos de noche,
estas noches del estío,
andan mis manos de noche
por una rosa, amor mío.

E ntro en el huerto cerrado
cuando casi te has dormido,
entro en el huerto cerrado
por las tapias del camino.

T ienes la ventana abierta
y este capullo te tiro;
ponlo niña entre los pechos
todo fresco de rocío.

P onlo niña entre los labios,
húmedo capullo fino,
que es un beso con la espina
de un fresco beso mordido.

V olveré de madrugada
entre el azul y los trinos;
de andar entre los rosales
tu olor me llevo, amor mío.

D e andar entre los rosales
estas noches del estío.

 

                     Poesía de Trascendencia | Rafael Sánchez Mazas | Siguiente