VilLANCICO DEL POETA MÁS TORPE

Una noche en blanco
llevaba el poeta
sobre la cuartilla,
sin inspiración;

una noche dando
brillo al pensamiento
y gracia a la mano,
cuerda al corazón;

una noche entera
de recuerdos niños,
de querer ponerle
música a la voz;

pero el villancico
no le florecía,
ni encontraba tema,
ni forma de amor;

cuando, de repente,
a la puerta llaman:
-¿Quién es?... Le responden:
"A la paz de Dios"...

Una noche blanca
y no vió el poema,
y hasta abrió la puerta
y hasta pan le dio.

 
                                 




























"Abrí el establo a ver               
si estaba Él allí: ¡Estaba!"               
J. R. J.