"No estamos huecas por dentro,
hijas", decía Teresa a sus monjas. Como Gabriel Celaya que, en [A
solas soy alguien], interpela dialécticamente al hombre
masa, gente, que todos llevamos dentro ("en la calle nadie / vale lo que
vale") y al hombre a solas, "rico de secretos", ("a solas
medito / siento que me crezco"). También nos invita Segundo de Dios,
en [El manantial],
a descubrir la interioridad, esta vez como fuente que mana y corre en nosotros
(aunque es de noche).
Metáfora del agua
. Metáfora del fuego
Y con Venancio Sánchez [Hombre
en llamas] nos sentimos arder, convertidos en antorcha, llama viva.
Y descubrimos que, también a nuestro alrededor, todo se ha ido encendiendo
misteriosamente como zarza de Horeb. Así lo sugiere Juan
Bautista Bertrán por los versos de [A
veces por las venas de las cosas].
No es fácil abandonar el alma a la Esencia, en el
círculo de [La meditación].
Pero "¿quién se queda sin ver a Dios?", descubre Moreno
Villa. Hasta los mismos ángeles saben que mejor que cantar en algarabía
es adorar en silencio. Así lo medita Luz María Jiménez Faro,
en [Coro
de Ángeles] |