...Me
sepultaron vivo y me escapé de la tumba. He
vivido largos años y he llegado a la vejez con un saco inmenso,
lleno de recuerdos, de aventuras, de cicatrices, de úlceras
incurables, de dolores, de lágrimas, de cobardías y tragedias
y ahora
de repente, a los 80 años me doy cuenta de que sé
tocar muy bien el violín
que soy un "Virtuoso",
que puedo tocar en los grandes conciertos del mundo. (El hombre y el poeta
son un mismo y único instrumento.) Me gusta haber dado con mi almendra
antes de morirme. Me gusta haber llegado a la vejez siendo un gran violinista
un Virtuoso. Pero
con esta definición que oí cierta
vez en un lugar
no sé cual: "Sólo el Virtuoso puede
ver un día la cara de Dios".
León Felipe
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