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or
despertar cosido a tu costado,
cómo agradezco, amor, la madrugada.
Dios se nos da en la luz recién creada,
eterno Dios, oh, Dios recién creado.
Seguro
y fiel estoy a tu costado,
vuelto del bronco sueño y de la nada,
y en tibia claridad sobre la almohada
pensando nazco, niño y sin cuidado.
Pues
reposadamente y en secreto
me recreas en tus maternidades,
déjame perezoso en esta aurora.
Déjame,
amor, bajo la manta quieto,
rehecho de sudor y de verdades
en tu naturaleza creadora.
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