Anoche
pasó el Espíritu
entre la risa y la llama
con su palabra
de fuego,
sus aletazos de magia.
Los mudos contaron chistes,
los inválidos
saltaban
y los sordos escucharon
latir de cuerpos y de almas.
Hasta
los ciegos veían
por los hombros alas, alas,
mariposas de arcoiris,
corazones en su aura.
Se comulgó chocolate
y almendras garrapiñadas,
se cantaron aleluyas
con repique de guitarras,
y el incienso era una nube
de patchuli y albahaca.
Liturgia de los sentidos,
mediodía de la
Gracia,
ensayo para la fiesta
final, santa, santa, santa.