Dámaso
Alonso

 

 

 


Embriaguez


Me embriago de aromas. Qué delicia,
campo recién llovido castellano.
Qué embriaguez, tocar, tocar...: mi mano
febrilmente las cosas acaricia.

No se sacia la vista que se envicia
en color, embriagada, oh mi verano.
Embriaguez de oír: ruiseñor, piano,
mar, selva, viento, multitud, noticia.

Me embriago de mujer, dulce marea
como un vino, y de vino me embriago.
¡Vivir, vivir, oh dulce embriaguez mía!       

¡Qué has de entenderme, turba farisea!
La ebriedad de mi sangre busca un lago
final: embriagarme en Dios un día.