A
ndan
mis manos de noche, estas noches del estío, andan mis manos de
noche por una rosa, amor mío. E
ntro en el huerto cerrado cuando casi te has dormido, entro en el huerto
cerrado por las tapias del camino. T
ienes la ventana abierta y este capullo te tiro; ponlo niña entre
los pechos todo fresco de rocío. P
onlo niña entre los labios,
húmedo capullo fino, que es un beso con la espina de un fresco
beso mordido. V
olveré de madrugada entre el azul y los trinos; de andar entre
los rosales tu olor me llevo, amor mío. D
e andar entre los rosales estas noches del estío. |