In
memoriam Hermano,
hoy estoy en el poyo de la casa, ¡donde nos haces una falta sin fondo!
Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamá nos acariciaba:
"Pero, hijos ...". Ahora
yo me escondo, como antes, todas estas oraciones vespertinas, y espero
que tú no des conmigo. Por la sala, el zaguán, los corredores,
después, te ocultas tú, y yo no doy contigo. Me acuerdo que
nos hacíamos llorar, hermano, en aquel juego. Miguel,
tú te escondiste una noche de Agosto, al alborear; pero, en vez
de ocultarte riendo, estabas triste. Y tu gemelo corazón de esas tardes
extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya cae sombra en el alma. Oye,
hermano, no tardes en salir. Bueno... Puede inquietarse mamá.
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