-Yo
soy la viudita del Conde Laurel. No tengo marido. Jamás lo
tendré. La viudita mira desde su ventana cómo cae
la lluvia de la madrugada. -Yo soy la viudita. Vendrá
el sol de mayo, mas no vendrá el Conde sobre su caballo.
La viudita viste camisa cerrada, falda de estameña, corpiño
de lana. -Yo soy la viudita. Lo dice el espejo donde estoy mirando
mi desvalimiento. Un corro de niñas juega por la plaza.
La viudita cruza, triste y enlutada. |
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Segunda
versión -Yo
Soy la viudita del Conde Laurel. No tengo marido, pero lo tendré.
La viudita cuenta desde su ventana millones de estrellas en la
noche clara. -Yo soy la viudita. Con el sol de mayo, vendrá
el caballero que me ha enamorado. La viudita viste camisa de
holanda, corpiño de seda, refajos y sayas. -Yo soy la
viudita. Pero en el espejo como una candela relumbra mi cuerpo.
Un corro de niñas juega por la plaza. La viudita ríe,
hermosa y galana.
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