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 dos meses y medio del fallecimiento de Manuel Ramón, nace otro Manolillo: Manuel Miguel.
"Eres mi ser que vuelve / hacia su ser más claro..." (del poema Niño). En la rueda de generaciones, amanece un nuevo sol por el Oriente. Cuando Josefina envía a la cárcel de Torrijos de Madrid una foto del niño con siete meses, comenta el padre:
    "No pasa un momento sin que lo mire y me ría, por muy serio que me encuentre, viendo esa risa tan hermosa que le sale delante de los cortinones y encima del catafalco ese en que está sentado. Esa risa suya es mi mejor compañía aquí y cuanto más la miro más encuentro que se parece a la tuya. Y los ojos, y las cejas y la cara entera. Este hijo nuestro, por quien no debes perder el ánimo y la confianza en esta vida, es más tuyo que mío. El otro era más mío..."

U n mes después, en otra cariñosa epístola, la sorprende con estas Nanas de la cebolla,"las más trágicas canciones de cuna de toda la poesía española" (Concha Zardoya). A Miguel le había afectado la noticia recibida días antes de que Josefina sólo comía pan y cebolla (no cebolla sola, como algunos confunden). Recordad la eterna frase coloquial contigo pan y cebolla, que en este caso se hace trágicamente verdadera, aunque comenta Josefina que tenía que alegrarse Miguel en aquellas circunstancias, al saber que al menos comía algo de pan. ¿Y cómo prepararía la cebolla? Hervida, según tradición local.

Cuando el poeta recibe la carta de Josefina, nos informa Francisco Esteve, Miguel "permaneció recluido, con una gran depresión, en los dormitorios, sin salir al patio de la prisión. Después de dos días de "autoreclusión", apareció en el patio y recitó de memoria este poema a sus compañeros..." Así explicaba Miguel en carta:

     "Estos días me los he pasado cavilando sobre tu situación, cada día más difícil. El olor de la cebolla que comes me llega hasta aquí, y mi niño se sentirá indignado de mamar y sacar zumo de cebolla en vez de leche. Para que lo consueles, te mando esas coplillas que le he hecho, ya que aquí no hay para mí otro quehacer que escribiros a vosotros o desesperarme..."

E ste ramo de nanas está construido en doce estrofas con aire de seguidilla, inusual poema largo para un género breve y festivo. Desdramatiza el autor el contenido angustioso con la gracia del ritmo y la ternura de imágenes, en ascética lumbre de verbos y sustantivos ermitaños. 

 
Miguel Hernández | Nanas 1 2 3 4 5