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A
londra de mi casa, ríete mucho. Es tu risa en los ojos la
luz del mundo. Ríete tanto que en el alma, al oírte,
bata el espacio. T
u risa me hace libre, me pone alas. Soledades me quita, cárcel
me arranca. Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea.
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S
e inicia la metáfora de la alondra en vuelo, que desarrollará hasta
el final. Cuando cumple Manuel Miguel dos años, le escribe desde Ocaña
otras alegresseguidillas:
"Con
dos años, dos flores / cumples ahora. / Dos alondras llenando / toda tu
aurora. / Niño radiante: / va mi sangre contigo / siempre adelante..."
Vuelve al tema de la luz, recordando el luminoso asiento que dejó
vacío el otro Manolillo: "Es
tu risa en los ojos / la luz del mundo." |
E
s tu risa la espada más victoriosa. Vencedor de las flores
y las alondras. Rival del sol, porvenir de mis huesos y de mi amor. L
a carne aleteante, súbito el párpado, y el niño como
nunca coloreado. ¡Cuánto jilguero se remonta, aletea,
desde tu cuerpo! | |
R
efiere Josefina,
con ingenua ternura, su gozosa metamorfosis de estrenada madre:
"La risa es lo que más abundaba. Cantábamos. Al principio
a mí me daba vergüenza que me oyera cantar y me lo sufría.
Un día que el primer hijo tenía sobre un mes, con él en brazos,
rompí el silencio y me preguntó asombrado:
¿Qué, esperabas ser madre para cantar?."
La carne aleteante... Alondra, jilguero: ascensión
bulliciosa de una carne bendita.
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